FREDER


FUNDACION RADIO ESCUELA PARA EL DESARROLLO RURAL

La historia de Radio La Voz de la Costa está intimamente ligada al camino de la Iglesia de Osorno. En 1955 se creó la Diócesis de Osorno, siendo su primer obispo el capuchino Fray Francisco Valdés Subercaseaux. Como apenas tenía clero, acudió a varias provincias europeas pidiendo la venida de hermanos a la nueva diócesis. Tres años más tardes llegaban los primeros misioneros holandeses quienes se establecieron la zona rural de la costa, siendo sus sedes principales las localidades de Quilacahuín y San Juan de la Costa.

En la zona costeña, con una población caracterizada por una situación de pobreza aguda, altos índices de analfabetismo, desnutrición, mortalidad infantil, morbilidad y cesantía, el esfuerzo de los misioneros estaba centrado en contribuir a la promoción social y cultural, superando el aislamiento de las localidades, el difícil acceso y la baja densidad vial, con caminos que ya entonces eran intransitables en invierno.

Para integrar esa población aislada y dispersa a los beneficios de los centros urbanos, los capuchinos se inspiraron en la experiencia de Radio Sutatenza en Colombia, que fue pionera en el sistema de educación a distancia a través de las ondas radiales.

Así surgió la FUNDACION RADIO ESCUELA PARA EL DESARROLLO RURAL (FREDER), con radio “La Voz de la Costa” como la emisora madre con la misión de alimentar las escuelas radiofónicas para el desarrollo, cultural y social de la población campesina

“La Voz de la Costa” inició su labor el 10 de agosto de 1968, haciendo llegar la radio a quienes ni siquiera podían adquirir un receptor, ya fuera por condiciones económicas o por carecer de electricidad. A los interesados en los cursos de alfabetización se les entregó un aparato de radio y hasta las baterías para operarlas.

Se llamaron “Escuelas de Radiodifusión Santa Clara”, con un sistema de educación a distancia, programas curriculares estructurados, control de los escuchas, acompañado de material visual de apoyo. El sistema poseía mecanismos de evaluación y certificación oficial de los estudios mediante una Escuela de Adultos que validaba el avance de los protagonistas.

De la programación diaria de “La Voz de la Costa”, seis horas eran clases radiales, en un sistema apoyado por monitores que recorrían las comunidades reforzando los contenidos de las clases radiales. Hasta 1972, se alfabetizó a más de 3.500 campesinos; unos 200 obtuvieron su licencia laboral o básica, y decenas de otros avanzaron a niveles superiores de educación.